Abrimos el restaurante la Navidad de 1994. Mis padres y yo habilitamos la casa de mis abuelos de más de cien años de antigüedad con la idea de conservar la tradición de la cocina ibicenca.
Queremos ofrecer los platos de cada estación con productos de nuestra tierra para que la gente pueda descubrir la riqueza y variedad de nuestra cocina, y que nuestros clientes puedan saborear los mejores platos en un ambiente tranquilo y familiar.
En la temporada de invierno, por ejemplo, se puede degustar un buen arroz de matanzas. Por Todos los Santos «la frita de porcella amb pebrassos», las granadas con vino. Para Carnaval el «sofrit pagès» con manitas de cerdo como hacía mi abuela, la «frita» de calamar con sobrasada. Para marzo, las «faves a sacs», las «faves ofegades» y en Pascua; como manda la tradición, cordero lechal asado y un buen flaó. Antes de Pascua el tradicional «cuinat», plato hecho con verdura para Jueves y Viernes Santo. De cara al verano tenemos la ensalada de «costres» y pescado seco de Formentera, las berenjenas rellenas de carne, la frita de pulpo, un buen pescado fresco, el arroz con pescado, los «calamares a la bruta» o rellenos y los «confits pagesos» (figues xequeres amb ametlles)
